lunes, 9 de julio de 2012

Octavo capítulo:


Jon no está con ella :

Seguimos caminando hasta llegar a mi portal, tiene unas altas escaleras blancas hasta la puerta.
Le di las gracias por haberme ayudado. El se mostró sonriente y satisfecho de haberme podido ayudar.
Antes de subir a casa le pregunté su nombre, aún no sabía que nombre ponerle a ese dulce chico rubiete con ojos verdes que no había dejado que caminara sola hasta casa después de haber pasado semejante trago aquella noche.
-Mario, me dijo.
Pensé que era un nombre bonito, corto, sin diminutivos, sin significado oculto, me gusta.
-No te preocupes por nadie Blanca, me habló con voz muy bajita sosteniendo con sus dos manos mi rostro. Esta noche lo has pasado mal, son lecciones que no olvidarás. De ti depende perdonar a tu chico cuando mañana venga a suplicarte y a llorarte por haber cometido semejante tontería. Yo si tuviera una novia como tu no podría irme a dormir por la noche sin saber que está bien, o sin darle un beso de buenas noches.
Me senté en uno de esos escalones blancos y fríos de la escalera no quería subir a casa, mi habitación esta llena de trastos que me recordarían a lo que había pasado esta noche.
Mario se sentó a mi lado.
-¿Por qué me estás ayudando ? Le pregunté
Mario se despidió de mi con un gesto con la mano y con un simple hasta luego.
-Espero que estés bien, continuó.

Lo vi como se alejaba de la avenida, siguió andando y andando hasta coger su moto que la había dejado al final de la avenida para poder acompañarme andando. Vi como cogió su moto y como se desvanecía el horrible ruido del tubo de escape de la moto.

No pasaba un alma por la calle, no quería subir a casa pero tenía frío en las escaleras, corría el aire. A si que saqué del pequeño bolso que llevaba las llaves y me decidí a entrar.
Cuando llegué a mi habitación me tumbé en la cama, empecé a pensar en todo lo sucedido esa noche. Y en las palabras de Mario :  cuando mañana venga tu novio a suplicarte y a llorarte por haber cometido ese error…
¿Qué voy a hacer ? Pensaba…
¿Lo voy a perdonar ?, ¿Los cuernos se perdonan ?, ¿Lo quiero tanto como pensaba ?
Todas estas preguntas giraban en torno a mi mente, se colpasaba, mis ojos no paraban de soltar lágrimas.
En ese momento escuché la puerta, mis compañeras de piso acababan de llegar, las escuché de fondo que preguntaban por mi. No quería que me vieran llorar a si que rápido y con la ropa puesta, deshice la cama, me metí dentro de ella e hice como que dormía. Abrieron la puerta, y como aparentemente estaba durmiendo no me preuntaron nada. Cerraron la puerta, menos mal pensé.
Escuché que dijeron : Que raro, Jon no está con ella. Así se llama mi novio.

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